domingo, 5 de junio de 2016

Presentación en el Tempo Café Pub

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero ni con mil imágenes podría expresar lo especial que fue la presentación de los libros ayer en el Tempo Café Pub de Madrid. Por esta razón voy a colocar varias fotos y a acompañarlas con texto, a ver si esta combinación es lo suficientemente efectiva. Mi intención es plasmar lo mejor posible todas las sensaciones que tuvieron lugar en el interior de aquel local. Difícil empresa. Pero me gustan los retos.

Después de la intervención de MJ Pérez, la escritora con la que compartía presentación, llegó mi turno. Los pensamientos que invaden a uno cuando no está acostumbrado a hablar en público hacían su acto de presencia, pero fueron marchándose poco a poco a medida que mi intervención se iba a desarrollando. Y al final el micrófono no fue sino uno más detrás de aquella mesa. Si alguno tenéis curiosidad de ver el vídeo, podréis encontrarlo en mi página de Facebook.


Un momento muy emotivo fue el que protagonizó mi prologuista. Álvaro introdujo El presagio de Horus. Fueron sentimientos verbalizados, nacidos directamente del corazón. Y creo que, cuando se habla y se escribe con el corazón, uno siempre acierta. Él acertó de pleno y yo no podría estar más contenta ni más orgullosa de todo lo que dijo desde que se hizo con el micrófono hasta que se desprendió de él. Tengo la enorme suerte de haberme hecho también con un vídeo que recoge este instante y que, por supuesto, también se puede ver en Facebook. La calidad de esta fotografía no es la mejor del mundo, pero a mí me vale. La alta definición ya la guardo en mis recuerdos.





A todo esto le sucedió la ronda de preguntas. Después, la lectura de un fragmento de la novela. Fue un momento que disfruté especialmente.

Por último, la firma y dedicatoria de libros. A través de la cercanía de todos los que acudieron a la presentación, sus buenas palabras y sus sonrisas, pude sentir la calidez a mi alrededor. Una vez más, agradecerles su presencia. Valoro mucho cada vez que alguien decide que quiere dedicar su tiempo a pasarlo conmigo. Y ayer fueron muchos los que quisieron hacerlo, con todo lo que ello significa.

Cuando el evento finalizó, se alargó de un modo extraoficial: ¡había llegado el turno de las fotografías! Tengo tantas en total que me he visto obligada a hacer una selección de las que más me gustan y las que me resultan más cercanas.


En primer lugar, mis padres y mi hermana. Mis queridísimos padres y hermana. Todos ellos forman parte de los cimientos de lo que soy, partes del alma de mi particular titán Atlas que sostiene mi mundo. Su fuerza, la suma de ellas, está presente en cada ocasión. Siempre.
Aquí Pilar, la madre de mi chico. Una fotografía que, por su importancia, no podía dejar fuera de la colección. Ya son muchos años y el apoyo que ella me brinda también es muy importante para mí. No podría ser de otra manera.

Y mi Álvaro... Creo que no tengo nada que añadir al respecto. Si es que ya lo he dicho todo. Y lo que no he dicho se puede leer entre líneas. El lenguaje corporal no miente. No es complicado. ¡Te quiero!

Una mención especial para las personitas que aparecen en estas dos fotografías, además de mi hermana: mis primas Helena y Virginia. Estoy muy, muy contenta de haber podido contar con ellas ayer, así como con mis tíos. Tampoco me me olvido de Fran, aunque no aparezca en las imágenes. A todos ellos, ¡mil gracias!






¡Y mis amigos! Sé de muy buena mano que dejaron de hacer lo que estaban haciendo para poder acudir ayer a la cita. Entre otras cosas, ellas dos estudiar para el lunes. Se examinan de la misma asignatura que yo y una bastante complicada, por cierto. Esto sin hablar de otros quehaceres. A Lucía y a Renata en concreto las metí en un aprieto cuando tuvieron que hablar por el micrófono, ¿verdad? Fue un gran momento, sí señor. Os adoro.


Para dar por concluida esta entrada, simplemente recordar que no me olvido de todos cuantos estuvieron ayer en el Tempo Café Pub y que no he nombrado de un modo individual. También formaron parte de ese conglomerado de ilusión y alegría en el que se transformó la tarde. Por supuesto, no hace falta que diga que la editorial y los que la conforman se encuentran implícitos en estas líneas. 

Sí, reitero mucho los agradecimientos. Sí, insisto demasiado en las personas. Podría haber activado la opción de "leer más" en lugar de dejar la entrada intacta en toda su longitud, que es bastante. Pero ¿sabéis qué? No he querido. Todos y cada uno de los momentos merecen mostrarse al mismo nivel. Todos merecen el mismo reconocimiento. Para mí el factor humano es imprescindible y así he querido mostrarlo.

El presagio de Horus ansía que os adentréis en su historia, en su mundo, en lo que existe detrás de las letras que crean las palabras que lo narran. Y yo estoy deseando que lo disfrutéis.

Próxima estación: Feria del Libro de Madrid.

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