miércoles, 28 de noviembre de 2018

13 Milímetros en Barcelona

Como ya había anunciado hace casi dos semanas, el pasado día 24 de noviembre asistí al 2º Congreso, Feria y Encuentro de Escritores, Libros y Lectores en Barcelona

El lugar elegido para el evento por la mañana fue la Biblioteca Vila de Gràcia. Allí, además de una mesa para picar y beber algo, hubo otras donde se colocaron los libros de quienes asistimos al Congreso. Hubo lectura de poesía, presentación de autores y, antes de finalizar, una mesa redonda. En ella, los ponentes hablaron sobre el panorama actual del escritor, abordando temas como la publicación tradicional y la autopublicación, así como el abordaje de diferentes géneros. La verdad es que me resultó bastante interesante, y pude comprobar que varios de mis puntos de vista coincidían con los que algunos/as escritores/as expusieron. También trataron de temas como la escritura de no ficción y la subjetividad a la hora de etiquetar una obra en distintos géneros. Fueron intervenciones bastante didácticas.

Beatriz G. López en la Biblioteca Vila de Gràcia
Biblioteca Vila de Gràcia

Por la tarde, las charlas continuaron, esta vez en la Casa del Libro de Paseo de Gràcia. Los temas de los que se hablaron incluyeron la novela y ficción contemporánea, los misterios que atrapan al lector y el auge de la fantasía y la ciencia-ficción. Fue una pena no poder asistir a estas ponencias, porque tenían una muy buena pinta también. Los comentarios, impresiones y fotografías de mis colegas escritores y escritoras así lo corroboraron. ¡Quizá la próxima vez! Pero prosigamos con la mañana...

Beatriz G. López y Andrómeda Buitrago



Una de esas personas bonitas e interesantes que tuve el placer de conocer fue Andrómeda Buitrago, autora del poemario Memorias de un amor eterno. Además de hablar de nuestros respectivos libros entre nosotras (gajes del oficio), entablamos una conversación casi metafísica. Desde la importancia de que la tristeza no monopolice el núcleo de la escritura hasta los distintos futuros disponibles para la especie humana. Y es que cuando encuentras una persona con inquietudes similares y pensamientos enriquecedores, intercambiar ideas es casi un privilegio.





Firma de libros de Beatriz G. López en la Biblioteca Vila de Gràcia

Lo que sí eché de menos fue un poquito más de tiempo para interactuar con los lectores y con otros escritores. El programa fue demasiado rápido por motivos de tiempo y fue un espacio muy pequeño el que en realidad tuvimos para este fin. Sí es verdad que entre la sesión de la biblioteca y la posterior de la Casa del Libro se hizo una comida que reunió a la mayoría de escritores y escritoras que asistieron, pero tampoco pude ir. Una lástima, me habría gustado charlar con todos ellos. ¡Siempre nos quedarán las redes sociales!

Por supuesto, agradecer a Aula de Escritores, Editorial Cronos y Editorial Hijos del Hule por la organización de este evento.

"13 Milímetros" en Barcelona
La experiencia vivida en Barcelona se suma a ese entramado de recuerdos que la literatura me está regalando. Una travesía donde conocemos a personas parecidas o diferentes a nosotros, pero siempre portadoras de enseñanzas. En cuanto a 13 Milímetros, tuvo la oportunidad de viajar a una ciudad preciosa y, allí, ofrecer la historia que esconde. Scorpio, O'Quinn y Angela se fueron abriendo mundo mientras esperan a los dos últimos tomos de la saga, todavía por nacer.

Mientras tanto, sigo trabajando en la segunda parte de El presagio de Horus. Bien es verdad que últimamente avanzo muy despacio en la escritura, pero mis otros quehaceres me limitan bastante. Con todo, pretendo sacar un poco más de tiempo. Y, por cierto, El presagio de Horus estuvo disponible en el Congreso, donde también encontró nuevos dueños.

En definitiva, Barcelona me permitió no solo presentar mis creaciones, sino también conocer a otras personas con quienes comparto esta bonita afición por los libros. ¡Espero un próximo encuentro!

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Sobredosis (María Iglesias Pantaleón)


A causa de los secretos y las circunstancias, un conjunto de personas ven unidos sus destinos. La muerte de un hombre en Madrid inicia una investigación que el agente García deberá liderar para borrar las huellas de su historial, manchado por la violencia y la mezquindad. El Jaguar, uno de los asesinos y narcotraficantes más peligrosos del país, se encuentra en busca y captura ante la posible conexión con el crimen y la sospecha de dirigir una falsa organización benéfica. Y la vida de Nora, una prostituta cuyo pasado y presente se tambalean en una vorágine de pobreza y deshonra, unida a la de su hijo Julio, se halla hundida en un mar tóxico de sentimientos y mentiras. El mismo océano de traiciones que forzará a todos a valorar si el orgullo y los errores cometidos pueden ser perdonados para seguir adelante... O si el odio pesa tanto como para enterrar las esperanzas.



Sobredosis, por Ediciones Ondina, es la segunda novela de la autora madrileña María Iglesias Pantaleón. Publicó la primera con Ediciones Vitruvio hace un par de años, titulada La voz de las sombras. Además, administra un blog literario donde plasma sus letras. Tuve la suerte de que el libro que hoy traigo me tocara en un sorteo que ella organizó por Twitter, gracias al cual también la conocí en persona. Un agradable paseo por Madrid nos sirvió para darnos cuenta de que los libros no son las únicas inquietudes que tenemos en común. La literatura se encargó, una vez más, de trascender más allá de las páginas.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Annibal Scorpio viaja a Barcelona



¡Así es! El próximo sábado 24 de noviembre de 2018, de 11 a 13 horas, estaré firmando libros en Barcelona. El lugar señalado es la Biblioteca Vila de Gràcia (c/Torrent de l'Olla, 104). El motivo es la asistencia al 2º Congreso, Feria y Encuentro de Escritores, Libros y Lectores que organizan Aula de Escritores, Editorial Cronos y Editorial Hijos del Hule. 

Además de porque es una de las ciudades más bonitas de la geografía española y que me encanta, es para mí una vieja amiga y confidente. Un lugar en el que he pasado muchos veranos, del que guardo infinidad de recuerdos. Un lugar al que me une la sangre. Es por eso que Barcelona se convierte en un rincón muy especial para firmar y dedicar a mis pequeños.

Con motivo de la publicación de Angela hace poco más de un mes, será la saga de novela negra 13 Milímetros la que viaje hasta la Ciudad Condal. Sin embargo, para los amantes de la ciencia-ficción, llevaré algunas cosillas de El presagio de Horus.

Aunque en principio solo serán un par de horas las que esté firmando, me hace muchísima ilusión encontrarme con vosotros allí. ¡Nos vemos en menos de una semana!

domingo, 4 de noviembre de 2018

El Síndrome del Impostor en la escritura

Quería escribir acerca de este asunto desde hace ya algún tiempo. En el mundo de la escritura se da muchas más veces de las que quizá estemos dispuestos a reconocer. E incluso me atrevería a decir que aflora más en los escritores autopublicados que en aquellos respaldados por editorial. Pero ¿en qué consiste realmente el síndrome del impostor?

Se trata de un trastorno que oficialmente aún no se reconoce como tal. El término fue utilizado por primera vez en 1978 por las psicólogas Clance e Imes, refiriéndose a la incapacidad de internalizar logros acompañado de malestar emocional y miedo a ser descubierto y etiquetado como fraude. La persona que sufre el síndrome del impostor considera que no merece sus éxitos, alegando que lo que han conseguido es fruto de coincidencias, suerte o por hacerse pasar por algo que no es. Cree que es sobrestimado. La sensación de «no estar a la altura» o «no ser lo suficientemente bueno» es constante, además de un acusado temor al fracaso. Por eso, se acompaña de una creencia muy común: si los demás ven mi verdadero yo, descubrirán que soy una persona muy diferente, mucho menos capaz.

Síndrome del impostor
«Si saben quién soy realmente, su imagen de mí cambiará. Descubrirán que soy un fraude»

A grandes rasgos, sufrir este tipo de pensamientos desemboca en trabajar por debajo del potencial o trabajar muy duro para justificar que el éxito es gracias a eso y no a las propias capacidades. El síndrome del impostor hace creer que los cumplidos son inmerecidos. Es muy posible que esté relacionado con la tendencia de esta sociedad a señalar al que destaca, a mirarlo con envidia, a criticarlo a las espaldas. ¿Por qué deberíamos, entonces, destacar si no estamos a la altura de quien sí lo merece? La baja autoestima, un pobre autoconcepto, falta de confianza hacia uno mismo y emociones negativas sin motivo aparente (como tristeza, melancolía, ansiedad, desesperanza, etc.) son otros aspectos íntimamente ligados.

Ya sabemos que en el mundo de la escritura hay mucha competencia, compañeros muy buenos ante los que es fácil sentir que uno no vale tanto. Sus obras son magistrales, las nuestras son mediocres. Ellos son excelentes, nosotros somos impostores. Esta clase de pensamientos frenan la confianza en nosotros mismos y las ganas de seguir adelante, pues creemos que nunca podremos llegar a ser algo mejor.

Existe la creencia popular de que los autopublicados o los autoeditados son peores autores que aquellos cuyos libros han visto la luz a través de editorial. Los autores que salen perjudicados suelen ser los primeros que se creen el estereotipo. Además de mi experiencia como escritora, la que tengo como lectora me ha enseñado que puedo disfrutar igual o más con un libro autoeditado que con otro de editorial tradicional. Y con la mayoría de editorial tradicional disfruto mucho.

Síndrome del impostor y escritura
No contar con el respaldo de una editorial suele ser motivo de inseguridad en el escritor

Hay obstáculos que nos son impuestos por las circunstancias, pero muchos otros nos los colocamos nosotros. En especial, cuando no confiamos en nuestra capacidad ni en nuestro trabajo. Entonces, ¿qué podemos hacer ante esta molesta forma de vernos a nosotros mismos? Unas cuantas sugerencias nunca vienen mal:
  • Aprovecha que eres escritor/a para plasmar en papel todos esos pensamientos negativos e intrusivos. Verlos escritos puede ayudar a relativizarlos y verlos desde otra perspectiva.
  • Apunta tus puntos fuertes en una lista. Como irás comprobando gracias a la multitud de puntos que escribirás, no eres ningún impostor. 
  • Haz otra lista con tus objetivos a corto plazo. Son mucho más fáciles de conseguir que aquellos a largo plazo, y además te terminarán conduciendo a ellos. Ver cómo vas consiguiendo lo que te propones te ayudará a reconocer tus competencias.
  • No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Querer escribir y postergarlo solo aumentará tu sensación de inutilidad. ¿Que te enfrentas a una escena complicada? Imagínala y escríbela. Siempre hay tiempo de modificar y corregir después. ¿Que no tienes muchas ganas de continuar? Las musas aparecen trabajando, que no te quepa duda. Superar tareas difíciles hará que te sientas mejor contigo mismo/a.
  • La humildad es importante. Si algo de positivo tiene el síndrome del impostor es que, en su justa medida, nos recuerda que no somos infalibles. Los errores nos impulsan a mejorar, y cualquier mejora es bienvenida. A veces, la competición no la encontramos con los compañeros, sino al mirarnos al espejo. Ver progresos nos conduce más cerca de quienes queremos ser.
Con estas estrategias y con la posible ayuda de un profesional se busca acabar con la dependencia de las opiniones del resto, de querer encontrar continuamente la aprobación de los demás, ganar objetividad con respecto a nosotros mismos, reconocer nuestras limitaciones y capacidades, y ser capaces de aceptar los cumplidos.

En fin. A veces es complicado apartar los pensamientos que nos sitúan por debajo de los demás, en la sombra, haciéndonos creer que no somos suficiente. Sin embargo, trabajamos para seguir avanzando, convertimos imágenes en letras y letras en historias. Hacemos que nuestras historias viajen. Tal vez hoy no nos encontremos en el lugar en el que queremos estar, pero desde luego estamos más cerca que ayer. Y no olvidemos que lo bonito no solo lo hallamos en la meta, sino también en el recorrido.