El vaho se escapa de entre mis labios fríos en forma de nube. Se suspende en el aire durante unos segundos, blanquecino como el cielo. El termómetro marca el cero. Una pequeña alfombra de gravilla clara conforma la antesala. Cruje bajo mis botas. Ese ruido, ínfimo, asciende hacia mí como un sacrilegio. Casi puedo vislumbrar las ondas rasgando el aire. Camino apenas sin apoyar los pies, como si así pudiera controlar el peso que dejo caer sobre el terreno.
A los pocos metros se abre ante mí un arco de ramas entrelazadas como amantes perennes. Hojas imperecederas de aguja bañadas del verde limpio de contaminación. Ramas durmientes, demasiado jóvenes como para haber presenciado los albores de nuestra Era pero a la vez demasiado viejas: han visto mucho. Me dan la bienvenida al viaje en el tiempo.
Traspaso el umbral. El suelo se transforma en un tapiz mullido, mis pasos ya pueden camuflar mi presencia. El telar pardo que recubre el bosque recoge un entramado de vegetación durmiente, troncos derrotados, piñas inquietas, ramas viajeras y musgo reparador. Un colchón esponjoso tejido por el implacable transcurrir de los años.
Silencio. Muchos lo definen como la ausencia de sonido. No este silencio. La vasta hermandad de árboles guarda un silencio que nunca antes he experimentado. Es la Voz del bosque. Un susurro vetado para el resto del mundo. Pero aquí está, inundando mis células. Abrumador. No escucho nada y a la vez puedo oírlo todo. Puedo oír el presente, pero también el pasado. La Historia me habla.
Apoyo la mano derecha en la corteza del tronco más cercano. Aquí los árboles son tan altos como gigantes míticos. Te recuerdan lo pequeño que eres. Te recuerdan que existen desde mucho antes de tu nacimiento. Desde mucho antes de las bombas que destruyeron a decenas de sus compañeros. Las mismas que ennegrecieron los corazones humanos. La rugosidad del cuerpo del coloso bajo las yemas de mis dedos me transmite lo que tanto tiempo yació dormido. Mi interior despierta. El frío cae sobre nosotros y sin embargo mi ánima se ve envuelta en un cálido abrazo.
Cierro los ojos. Cuando los abro les veo. No están allí pero les veo. Gente de otro tiempo sacrificando su juventud, sus cuerpos y sus mentes en favor de nuestro presente. Sacrificando sus vidas. A lo lejos, las oquedades afligidas mantienen llameantes los recuerdos de la desolación. Las memorias de una existencia que, desde entonces, crece en forma de vida salvaje. La muerte llama a la vida y en vida se convierte. Los espíritus etéreos se camuflan entre los árboles, ahora son parte de ellos. Y de las hojas. Y de las ramas. Del bosque.
Suaves corrientes de aire se cuelan por mi nariz, fría por la baja temperatura. El aroma de la naturaleza embriaga mi imaginación. Me regala momentos que jamás he vivido y que ahora ya forman parte de mí, guardándose en el cofre de mis recuerdos. Ahí se acomodan, grabando hondo en sus paredes con el vigor de una impronta atemporal.
Silencio. La Voz de la espesura mantiene su murmullo. Me insta a que no le abandone, a que me quede en este paraje donde las manecillas del reloj se detuvieron en algún lugar de la cronología.
No me voy.
Una parte de mi alma se queda aquí para siempre.
Una parte del bosque me acompañará durante el resto de mi vida.
Beatriz G. López
Increíble. No había leído nada tuyo hasta ahora y me has dejado completamente sin palabras (tu especialidad, por lo que veo). Tienes una descriptiva y un lenguaje impresionante y muy bien trabajado. Lo mejor de todo es que me he imaginado a mí misma en ese bosque. Te digo sinceramente que me ha gustado muchísimo ver cómo escribes y espero poder leer "El Presagio de Horus" muy pero que muy pronto. ¡.Estaré esperando para más relatos cortos!
ResponderEliminarLo he sentido, lo he olido, he escuchado ese silencio que en su sonido me ha trasladado en el tiempo y el espacio. Lo he vivido. Simplemente espectacular
ResponderEliminar¡Hola! Te conocí a través de la entrevista en "Un libro y un té" enhorabuena por ese libro y que sean muchos más. Feliz 2017.
ResponderEliminar¡Hola, preciosa! ^^
ResponderEliminarAy, ¿que te digo yo ahora? ¡me has dejado sin palabras!
Madre mía, imaginaba que eras buena en esto porque me super mega encanta como te expresas y hablas siempre, pero, ¿esto? buah, MARAVILLOSO *.*
Cada palabra ha sido música para mis oídos, lo haces tan bonito... tan poético... y transmites tanto...
Ha sido una pasada, he visto ese bosque nítidamente en mi mente, he sentido el frío, y el pasar de los años... ¡has erizado mi piel con tan poco! (de extensión me refiero). ¡Qué arte tienes, hija mía!
Si antes tenía ganas de leer El presagio de horus, ¡ahora muero por hacerlo! jajaja
Estoy deseando ya que pasen estas fechas solo para hacerme con él, ¡qué ganas!
Muchas gracias por deleitarnos con este precioso relato, de verdad <3
¡Un beso grande grande!
PD: ahora me dedicaré a cotillear entradas antiguas para ver si encuentro y leo alguna cosilla más ^^ jajaja
¡Me ha encantado! Hay una mezcla del pasado demoledor con el presente lleno de juventud y ternura, unidos con tus sentimientos vividos en ese bosque, hacen que este relato sea muy emotivo y bonito para mi.
ResponderEliminarHola Beatriz:
ResponderEliminarUna vez más tengo que felicitarte, después de leer el "Presagio de Horus", el cual me fascinó.
En este relato de la "La Voz del Bosque" también extraordinario, haces que cada individuo entre en ese mundo y momento tan determinado y fantástico de lo que narras, que es puro sentimiento y haces que vivamos y compartamos contigo ese mundo tan maravilloso, del cual nos haces partícipes.
!Enhorabuena¡
Un abrazo Rosa
¡Hola! Que bueno ha estado esto, me gusto mucho este escrito y es cierto, a veces es abrumador encontrarse en un entorno natural con completo silencio pero sintiendo siempre esa presencia natural de la vida del bosque y de la naturaleza. ¡Besos!
ResponderEliminarOle, ole y ole... Sin palabras me tienes.
ResponderEliminarAntes de leerlo ya sabía que me iba a gustar, pero después de leerlo me ha encantado.
Conforme lo iba leyendo iba notando lo que describías. He sentido que estaba en el bosque.
Leer algo y sentir que estás dentro de ello es muy difícil y tu lo consigues siempre.
Ayy si es que no sé que decirte, de verdad. Siempre me dejas sin palabras.
Después de leer El presagio de Horus ya puedo imaginarme que puedes escribir cualquier cosa. ¡Qué pedazo de imaginación tienes! Y lo bien que sabes expresarlo :D
Gracias por regalarnos estos pequeños relatos. Son una maravilla!!!
Besitos muuuuy fuertes cielo <3
Muchísimas gracias. Que un comentario así sea el primero de un relato te anima a seguir creando. Es para mí una alegría que te haya transmitido hasta tal punto de trasladarte al bosque, a ese bosque que a mí me dio tanto...
ResponderEliminarSi finalmente te haces con el libro, espero que te guste y disfrutes de él, así como del resto de relatos que he ido publicando por aquí. ¡Eres bienvenida siempre que quieras!
Un besito, guapa =)
Si ha sido así, si tus sentidos se han despertado con las palabras, entonces el objetivo está cumplido... Gracias por tu pensamiento.
ResponderEliminarHola, me gustó mucho el relato. ¡Gracias por compartir!
ResponderEliminar¡Hola! Gracias por pasarte y quedarte por aquí, así como por las felicitaciones ^^. Espero que también sea un gran año para ti. ¡Besos!
ResponderEliminar¡Hola, mi niña!
ResponderEliminarEstoy MUY CONTENTA de que te haya gustado el relato. Eres monísima con las cosas que me dices siempre, ¿lo sabías? Es muy bonito que siempre tengas palabras agradables para mí y te lo agradezco mucho.
Espero que cuando leas "El presagio de Horus" también vueles en el tiempo y en el espacio, al igual que te ocurrió aquí. En ambas cosas trato de transmitir algo diferente pero al fin y al cabo sigue siendo eso: un viaje.
Y de gracias nada. Gracias a ti por sacar un tiempito para pasarte por aquí y dejarme un comentario.
¡Besos inmensos!
PD: Si lees algún otro relato espero que también disfrutes de él ^-^
Sentimientos que trataba de hacer llegar de algún modo. Tengo que decir que a pesar de todo considero que no termino de hacerle justicia a aquellas vivencias. Demasiado intensas, demasiado perfectas... Un besito.
ResponderEliminarHola, Rosa.
ResponderEliminarEs para mí una alegría que hayas disfrutado de ambas cosas, que haya logrado llegarte a través de las palabras. Compartir mi mundo interior, lo que pasa por mi mente en forma de historia es todo un sueño, y este se vuelve más y más grande ante muestras de cariño como la tuya.
Gracias. Un abrazo.
¡Hola!
ResponderEliminarTienes toda la razón. Esa es exactamente la palabra: abrumador. Cuando todos los sentidos se ven inundados por el bosque y lo que va más allá, realmente es una sensación única.
¡Besitos!
Qué relajante... Lo he leído de casualidad ahora por la mañana y se me ha quedado la mente tan despejada que se me ha olvidado el madrugón XD
ResponderEliminar¡Un besazo!
¡Hola, mi bella!
ResponderEliminarJo, gracias, como siempre. Ya lo he dicho en contestaciones anteriores, pero tengo que volver a repetirlo. Que te hayas visto transportada a ese lugar es para mí una satisfacción increíble, puesto que he intentado transmitir sentimientos bastante fuertes a través de este pequeño relato. Y si lo has sentido tú también... Gran satisfacción por mi parte.
Estoy muy contenta de que te haya gustado el libro. Y también por tus halagos. Me dan muchas ganas de seguir compartiendo mis letras con vosotras, contigo, que tanto me animáis, que tanto veis en lo que hago.
Gracias a ti por dedicar tu tiempo a leerlos.
¡BESOS GIGANTES!
¡Gracias a ti por leerlo!
ResponderEliminar¡Vaya! Pues si ha servido para contrarrestar los efectos de levantarse temprano, ha cumplido una función muy importante... ¡Ay, los madrugones! :P
ResponderEliminar¡Besitos, guapa!
¡Hola Bea! te he nominado a un tag en mi blog ¡Te invito a pasarte! http://siemprenosquedaranloslibros.blogspot.com.es/2017/01/tag-best-blog.html
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarYa comenté en tu blog que cuando pueda haré este tag al que me has nominado. ¡Gracias!
Besitos.